Creo que bañar a un bebé es uno de los aspectos de la maternidad que más susto nos da y , como todo, es cuestión de encontrar la técnica que mejor nos funcione a cada uno. Cuestión de práctica y paciencia. Por ejemplo, mi forma de hacerlo no le funciona a mi marido, se lía, aún sigue buscando aún su protocolo a seguir.

Para bañar a un bebé hay que estar preparados para lo que nos vamos a encontrar, un bebé resbaladizo y si nos descuidamos, un baño lleno de charcos. La técnica general, la básica, es sencilla.

Cómo bañar a un bebé recién nacido: Pasos

  1. Como siempre, tener todo preparado antes de meter al nene en el agua, después no hay marcha atrás. Destapar geles, champús, cremas de pañal… Incluso desdoblar el pañal, tener la ropa a mano, la toalla lo más cerca posible y el agua a la temperatura ideal, 37º. Nunca he tenido termómetro, así que mi técnica es meter el codo. Lo que hacían las abuelas, vamos.
  2. Desnudar al bebé y quitarle el pañal.
  3. Cogerle de forma que quede acostado boca arriba. Le pasamos un brazo por detrás del cuello y agarramos con firmeza la axila del brazo que queda “hacia afuera”.
  4. Introducirle en el agua poco a poco y mojarle con cariño. Si vemos que se inquieta podemos hablarle o cantarle. Cuidado de no mojar el cordón si aún no se le ha caído.
  5. Enjabonarle con una gotita de producto por todos lados, primero la cabeza y luego el cuerpo, sin olvidar los pliegues y la zona del pañal.
  6. Aclararle bien.
  7. Tirar mano de la toalla, y envolverlo en ella tratando de mojar lo menos posible.

¡Y listo! Tan solo nos queda secarlo bien, ponerle las cremitas de rigor (crema hidratante corporal y facial, crema protectora de pañal, etc.), ponerle el pañal, vestirle con cuidado y ponerle colonia de bebé sobre la ropita. Cierto es que la primera vez impresiona. Mucho. Así que ayuda bastante ver hacerlo a otra persona, alguien que ya haya tenido hijos y que por supuesto, los haya bañado.

Yo no me atreví hasta el mes y medio, y aún así no bañe al bebé exactamente como lo había visto, busqué mi método (lo bañaba en el bidé estando yo de rodillas en el suelo, ponía una colchoneta a mi lado con la toalla estirada y ahí lo ponía una vez bañado, lo secaba y seguía con el tema).

Mis trucos para bañar a un bebé

  • Si el bebé es pequeño, digamos, de hasta 3 meses, poco se ensuciará, ya que muchos a partir de los 4 meses empiezan con los cereales y fruta y pueden mancharse más, además de que los buches ya huelen a ácido como el vómito. Por esto, mientras el bebé solo coma leche, el baño será únicamente para refrescarlo, así que podemos añadir solo unas gotas de gel de ducha o aceite hidratante al agua y lavarle, en vez de ponérselo directamente, y ahorraremos algo de producto. De todas formas, se usa casi nada porque con la melena que tienen, me dirás tu cuánto champú necesitan.
  • De igual forma, los champús, geles, hidratantes, colonias y demás que utilices, puedes comprarlos al principio en envases pequeños (estilo viaje), y ver si a tu bebé le sientan bien, si te gusta el olor… Así, si por algo debes cambiarlo por otra marca, no tendrás una botella de litro llena sin saber qué hacer con ella. Vienen muy bien las mochilas para regalar de Nenuco y Johnson&Johnson para empezar. Príncipe tiene las dos.
  • Si es pequeño (primer mes) podemos ahorrarnos la bañera de momento y utilizar una bañerita pequeña que tengamos por casa. Mi hijo se bañaba hasta el mes y medio en una ensaladera plástica sin estrenar que había por casa (que sí, una ensaladera), porque se perdía en la bañera. Ya luego empecé a bañarle yo y me manejaba en el bidé. Con tres meses empezó a ser peligroso por su peso y actividad, así que compramos una bañerita inflable, porque la que tenemos guardada aún es muy grande (es prestada). Y nos durará un buen tiempo. Por eso, en cuanto a ahorro, podemos ir variando las opciones antes de invertir en una bañera que se puede quedar grande o convertirse en un verdadero trasto.
  • Para ahorrar en agua podemos poner sólo una pequeña cantidad (dependiendo de la bañera) y con una esponja ir empapándola y mojándole poco a poco. Esta siempre ha sido mi técnica, porque mi hijo se agobia dentro de tanta agua, y no podíamos sumergirle un poco el cuerpo sin que llorara.

En definitiva, hay que probar para saber qué preferimos. Pero en cuanto a las compras es mejor ir poco a poco, buscar por ejemplo una bañera pequeña y cuando ya no sirva comprar algo más grande, ya que a veces compramos algo muy publicitado, que está de moda o que parece interesante probar, pero luego no nos encanta, y termina siendo un estorbo en casa.